La estrategia de ventas de unos monjes chocolateros que advirtió de un genocidio

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Una estrategia de ventas, iniciada a finales del XIX por empresas chocolateras, se convirtió en moda y medio de denuncia. Las chocolateras habían empezado a incluir en sus tabletas cromos de distintas temáticas que presentaban en forma de serie y que, para algunos compradores, se convirtieron en piezas de coleccionista.

Si una chocolatera destacó especialmente por sus cromos, fue la francesa Aiguebelle. Esta chocolatería, creada en 1868 en la abadía trapense de Aiguebelle, adjunta del Monasterio de Le Trappe, solía difundir estampas de diferentes temáticas que llevaban al cliente a multiplicar su necesidad de comprar chocolate por una razón muy simple pero efectista: hacerse con la colección completa de cada serie. Las había históricas, divulgativas, costumbristas, cartográficas y, meramente, estéticas.

Aiguebelle y Tapioca de l’Etoile pusieron en circulación una colección de catorce cromos que daban cuenta de las atrocidades cometidas por turcos y kurdos contra el pueblo armenio en el Imperio Otomano, a finales del siglo XIX.

Aquellas masacres fueron la antesala de un genocidio que comenzó, de manera sistemática, en 1915, y que acabó con la vida de un millón y medio de armenios. Los periódicos franceses, a finales del siglo XIX, ya se estaban haciendo eco de lo que estaba a punto de empezar, cuando más de 300.000 armenios ya habían muerto durante las masacres previas al genocidio. Las portadas del Petit Parisien de aquellos días, distan muy poco de las estampas que difundieron los monjes chocolateros franceses.

Francia fue uno de los primeros países en reconocer el Genocidio Armenio y alberga una de las mayores comunidades de armenios del mundo, descendientes de aquellos que tuvieron que huir para salvar sus vidas. Recientemente, Francia promulgó una ley por la cual, cualquiera que se atreva a negar las atrocidades cometidas contra los armenios a principios del siglo XX en el Imperio Otomano, pagará el negacionismo con la cárcel.

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